LA NUEVA CANDELARIA DE LA FRONTERA.
La Ciudad de Candelaria de la Frontera, muestra en la actualidad el inicio de un desarrollo impresionante, para todos aquellos que amamos ese pedacito de tierra bendecido por Dios, aquel Valle donde el viento se detiene entre los cerros que rodean la ciudad y frena el paso ligero del Candelareño que pretende desafiar ese mismo viento en su contra, hoy es motivo de orgullo y de entusiasmo; desde luego que parte de ese desarrollo lo conforma los honrosos hermanos de Candelaria que emigraron a otros países y que en sus mentes y en sus corazones vive innato el recuerdo de los antiguos días de hasta aquel entonces “La Villa de Candelaria de la Frontera”. Hoy ya no solo vienen del Jute, La Criba y Monteverde como decía una de las canciones enseñadas por el Profesor Meme en la clase de Música de la Escuela de varones yniñas de nuestro Pueblo; hoy vienen de todas partes del mundo principalmente de Estados Unidos, refugio de verdaderos y eternos luchadores Candelareños, hoy la Ciudad tiene profesionales de todo tipo; hoy hay casas modernas, calles asfaltadas, supermercado, comidas sofisticadas, servicios de telefonía e internet en su máximo esplendor.
La ciudad pinta a ser blanca en su conjunto y poco a poco el tiempo le está dando su razón de ser, es decir a un plazo no muy lejano se convertirá en el principal proveedor de servicios de varios Municipios; hoy en día es la sede de la “Asociación de Municipios Trifinio” además albergará dentro de poco la Oficina de Planificación, Gestión y Desarrollo Territorial de la referida Mancomunidad ( OPLAGEST ), esto fomentará su crecimiento ordenado, la utilización de su suelo, la protección del medio ambiente y de sus mantos acuíferos, Candelaria forma hoy parte de un proyecto hermosísimo de Territorio Indivisible junto a otros Municipios no solo de El Salvador sino también de Guatemala Y Honduras de allí su nombre “TRIFINIO”, civilización de Primer mundo en nuestra Candelaria de siempre, ahora son pininos, mañana serán pasos y pasado mañana será quizá parte de su cotidianidad ; Gracias Dios, Gracias Candelaria, Gracias hijos de Candelaria.
Por: Rodolfo Argueta. Foto cortesia Mimamor